viernes, 12 de octubre de 2007

Libertad de expresión

El totalitarismo no es sano ni para las sociedades ni para las lenguas. La censura no murió con el dictadorzuelo, con todo eel dolor del mundo, tras haber colaborado de buen grado con un amigo y compañero en un ilusionante proyecto, ilusionante por mi amor a las lenguas, a cualquier lengua, no sólo a la mía vernácula, la lengua castellana. Aspiro a ser filólogo, con lo que ello significa, amar las lenguas. Una lengua, para serlo, tiene que estar viva, y para ello tiene que saber evolucionar, ser usada y saber convivir con las demás, como las ideas, "Les normes del Puig" se alejan de la realidad de la Lengua Valenciana y de la sociedad que la utiliza, son minoritarias, pero no por ello debían ser excluidas, aunque en ellas mismas se constituyen excluyentes, como las ideas de quienes las utilizan. Ese proyecto de fomento de la cultura valenciana, fundamentado en "les normes" antes mencionadas, no era malo en principio, pero llevado a la práctica ha resultado ser totalitarista, casi fascista, donde no tiene cabida ninguna opinión que no coincida exactamente con esa corriente minoritaria. Mi primera colaboración con esa revista, "Món Actual", fue precisamente un artículo de opinión, escrito en abril de este año como tributo a un valenciano que nunca renunció a su valencianía, ni por estar a bien con la dictadura que le tocó vivir. Po todo ello y por Ovidi Montllor, contra la censura que esta revista ha recuperado de los malos usos del antiguo régimen, he decidido publicarlo en este blog, en su versión original en valencià normatiu y en su versión traducida al castellano, ya que por su contenido es muy posible que no les guste verlo en la versión de sus normas excluyentes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que gran mentira porfavor...

Que poco hablas, y escuchas hablar valenciano... y que poco has estudiado y estudias la historia de Valéncia y su lengua.