
Gallego, cosa que no es una señal de garantía para mi, sin embargo era cautivador, combativo, locuaz, divertido e indomable. Casi silenciado por haberse pronunciado sobre su idea de nacionalismo, se ha ido y como tantos que no creemos en cielos, infiernos ni vidas eternas, se ha ido para siempre. Desde aquí un homenaje.
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